sábado, diciembre 31, 2005

Fin de año

Este año, aprendí a amar el silencio,
también a sentir la música en mi piel.
Descubrí sonrisas inesperadas,
y también la poesía que esconden las hojas que caen.

Este año, desterré la soledad,
hospedé esperanzas rotas,
y varios amores
que llenaron de primavera mis árboles marchitos.

Este año,
aprendí que no soy un ángel,
ni tampoco un escritor,
muchos menos un periodista,
sólo soy un niño soñador.

Sé que esto que escribo no es poético,
no tiene ritmo ni vida propia,
sé que no es elegante,
ni mucho menos correcto en términos "formales",
pero es mi despedida para un año que me dejó
una sonrisa a la medianoche.

jueves, diciembre 29, 2005

Azar 12

Cómo debo llamar tu espacio vacío para poder, algún día, cubrirlo de recuerdos, si es que ya no lo he hecho lo suficiente. Sé que no estás y tal vez nunca regreses. Ya no me lees, tampoco me buscas. El tiempo no te alcanza para decirme "Hola", ni tampoco "Adiós". Quizás te confundí. No lo sé. Quería que me leyeras entre líneas, pero al parecer mi mensaje se extravió, se convirtió en una metáfora rota, como ésta. Cómo debo llamar tu espacio vacío, para no ponerle tu nombre cuando me llegue la hora de mirar hacia atrás, sin nostalgia.

domingo, diciembre 25, 2005

Azar 11

Rompí la luna. Yo sólo quería que iluminara tu ventana, pero no tuve cuidado y la dejé caer. Con tu forma de dormir, supongo que no te habrás dado cuenta de nada.
Perdóname, yo sé que era el símbolo de nuestro amor, pero te prometo que haré todo lo posible por encontrarle un sustituto. Será difícil pero tengo que hacerlo, no sólo por ti, sino también por los demás, sobre todo, por los marineros. Imagínate, el océano debe estar inconsolable.
Para cuando leas esta nota, yo estaré en mi habitación pensando en la forma de reparar el daño, si es que hay alguna. Si quieres, pasa a buscarme, porque a lo mejor cuando vuelva a caer la noche tengamos que escapar juntos. El único poeta de este pueblo soy yo y, por descarte, todos se van a dar cuenta de que también soy el responsable de esta catástrofe.
Te voy a estar esperando, si es que de verdad el amor puede vivir sin que haya una luna que lo inspire desde el cielo.

Memoria de un fanfarrón

Hola, ¿cómo estás? Supongo que bien porque sonríes. Pasaba por aquí y no pude evitar fijarme en tu rostro. Quise pasar de largo, pero pensé: "Qué más da, ni siquiera la conozco, tampoco me va a importar perderla. De vez en cuando hay que echarle una mano al destino". ¿No me crees? Bueno, sé que soy un desconocido pero eso se puede arreglar, si tú quieres. Además, a simple vista, tenemos muchas cosas en común. El libro que llevas bajo el brazo también es uno de mis favoritos. "Ficciones" de Borges, qué gran novela es ésa. ¿Por qué te ríes? De verdad me gusta mucho. Aunque si te quieres reír de mí, no hay problema, también te ves bonita cuando lo haces. ¿Puedo sentarme a tu lado para mirarte y escuchar tu respiración? Me gusta hacer eso cuando necesito saber si lo que veo es real o es sólo un sueño. Porque señorita, déjeme decirle que con sus labios rojos y sus ojos color miel, su cabello negro y su piel, ah su piel, blanca y tersa como la leche, se parece usted a la rosa de arena de los caballeros cruzados. Tan hermosa, pero tan escurridiza. No tiene por qué sonrojarse. Me imagino que ya estará acostumbrada a esa clase de elogios. ¿Me dejaría sentir su piel? No se enoje. No quise ofenderla. Es sólo que mi corazón me hace decir cosas que no debería. Cuando la veo comprendo por qué inventaron esa figura "imposible" del amor a primera vista. No se vaya, por favor, ¿no le importa dejar un corazón roto? Quiero advertirle que si se va sin regalarme, por lo menos, su número telefónico, me condenará a morir solo, en un mundo que cada día parece más ajeno para los románticos. ¿Le gustaría eso señorita? Yo sólo soy un payaso del destino, un juguete del viento. Te amo sin conocerte, porque sufro de fiebre y de soledad. Está bien, está bien, no insistiré más. Dígame su nombre, sólo su nombre, para poder evocarla en las noches frías de los bares y librerías a los que están condenados los escritores, los poetas y los bohemios. ¿Es que no ve que soy distinto a los demás hombres? Yo puedo darle un amor más puro, más bello y memorable. ¿No le interesa? Ya nos volveremos a encontrar y ojalá que yo siga vivo para ese entonces.

Por fin, la joven logró soltar su brazo de las manos de aquel hombre. Se fue casi corriendo y se subió al primer bus que pasó. Desde la ventana vio cómo el "poeta" lloraba con lágrimas grandes y oscuras que caían sobre los pliegues del pantalón.
Poco después, el hombre sacó su pañuelo, se secó los ojos y las mejillas, tomó "prestadas" unas cuantas flores azules de la jardinera y regresó a su pose de hombre distinguido y culto. "Hola, ¿cómo estás?" Al parecer, lo único que él busca es pasar la noche por fuera de su cuarto oscuro de hospital.

Vuelven los fantasmas

Estoy solo, de nuevo, y no me sorprende, pero tampoco me asusta. Presiento que se acabó el tiempo de las fiebres repentinas. Voy a ser honesto. Ya no saldré como un tonto a buscar el amor debajo de las piedras. Dejaré que la lluvia siga cayendo. No voy a volver a llorar ni a revivir viejos "complejos".

El tiempo nunca se detiene. El cielo cambia todos los días. No vale la pena detenerse en la ventana a llorar sobre las alas caídas de las mariposas. Estoy solo, porque así debe ser. Porque todavía no estoy listo para dejar de estarlo. Porque ella no está lista para dejarse encontrar de forma "casual" en una calle cualquiera.

Vuelven los fantasmas, uno por uno, para recordarme todos los sueños y esperanzas que jamás pude realizar. Dejan oír sus pasos sobre mi almohada y se ríen de mí. Me amarran y me ponen en un barco que viaja contra la corriente. Pero ya no más. Esta noche encontrarán la puerta cerrada. Los veré a través del "ojo mágico" mientras se golpean intentando entrar. "Lo siento", les diré, "estoy solo pero ya no tengo miedo de quedarme así".

Esta noche vuelven los fantasmas pero prometo que encontraré la forma de "disecarlos", para observarlos cuando yo quiera y no cuando ellos piensen que estoy triste.

Estoy solo pero no he perdido la esperanza. En el puerto, la brisa todavía trae el sonido de barcos que me esperan en "altamar", quizás vacíos, quizás no.

sábado, diciembre 24, 2005

Pero amor, esa palabra

Me gusta sentirte ahí, al otro lado de la línea. Escuchándome, simplemente. Me gusta sentir tu respiración, siempre agitada, mientras voy tejiendo castillos en el aire. Me gusta hablar contigo sin hablar. Escuchar y despedazar tu voz, extenderla o acortarla según mi estado de ánimo.

Somos tan distintos y tengo miedo. No puedo definir lo que siento por ti. Estoy loco y busco entender mi "enfermedad" a través de los síntomas. Ya sabes que soy un tonto empedernido, un niño que lee su "diagnóstico" en las canciones y poemas que le gustan.

¿Será que yo? No. No me puede estar pasando a mí. No tenemos nada en común. Pero tu voz. Tu voz dulce y suave que me hace pensar más allá de las paredes de mi habitación azul, que coge mi corazón y lo sacude, no con violencia, sino con ternura…

No. No puede ser. Temo que esta emoción que desbordan mis ojos sea…

Sin embargo, no puedo negarlo. Si este "sentimiento" que invade mi corazón es lo que creo que es, estoy contento de haberlo conocido contigo.

Somos tan distintos. Pero en el fondo tan locos y “raros”. Yo te a… No, es pronto para eso. Prefiero decirlo en tus brazos como si fuera un conjuro para empezar a jugar a la eternidad contigo, mientras la gente sigue caminando indiferente a la felicidad que le estamos robando al cielo.

viernes, diciembre 23, 2005

Siempre

Siempre hablo de ella y de los perros mudos,
siempre de los valles y de los sueños rotos,
siempre hablo de mí mismo,
aunque nunca lo hago.

Siempre hablo del amor y la locura,
siempre de la muerte y el desengaño,
siempre uso las mismas palabras,
pero nunca lo notas.

Quizás se me agotó el alma y la imaginación,
me abandonó la inspiración,
la locura ordenada que me permitía escribir y sorprender al mismo tiempo.

¿Será que ya no soy tan niño como pretendo?

Hoy me sentaré otra vez al lado de la ventana, la misma que creé para ti hace unos cuantos meses, en la misma ciudad, bajo los mismos astros que me ayudaste a soñar.
Así, quizás comprenda que "Siempre" es una promesa que me queda grande y que utilizo con calzador cuando juego a ser "dios" y silencio, viento y hojas.
Tal vez, "Siempre" es sólo mi cuerpo que se seca en el ropero.

Azar 10

Soy yo, siempre yo, aunque también sea él, y nunca él.

Si quieres te vendo indulgencias,
si lo necesitas te ofrezco perdón.

Vivo siempre entre el pesar y el orgullo,
casi nunca entre la certeza y la duda.

Soy yo, un loco en la calesita,
pero también soy él,
un filósofo y sacerdote
de la noche y sus deseos.

No lo puedo ocultar más,
soy la cordura con antifaz.

Ella

Estuvo aquí. No sé hace cuánto, pero insisto en creer que así fue. Vino y leyó mis pasos, como antes. Ésa es la única esperanza que me queda. La única y la más incierta.

Todo lo que sé de Ella son sólo suposiciones y sueños míos:

Ella es una flor delicada y tierna. Una soñadora de alto vuelo. Es fácil hacerle daño, aunque dudo mucho que haya alguien que lo haga de forma voluntaria, después de haber descubierto la fuerza alquímica de sus argumentos.
Ella es sensible e insegura, pero también muy “orgullosa”. A lo mejor, todavía se siente extranjera en una tierra de amores desgastados y “perros mudos”.
A menudo, aunque no quisiera, la imagino llorando sobre sus esperanzas rotas.
No sé mucho sobre su pasado, pero presiento que nunca ha encontrado alguien que pueda corresponder al ímpetu arrebatador de sus sueños, así como el mar le corresponde a la luna.

Ella es mi mujer de niebla, mi lectora, mi sueño de puertos y orquídeas, de ventanas y de lluvia. Ella y yo vivimos en lados diferentes del cristal, soñando el mismo cielo. La amo sin amarla. La busco porque sé que no puedo tenerla, porque sé que ella merece una felicidad que no puedo darle.

Ella, simplemente, es mi "valle" y también su recuerdo.

jueves, diciembre 22, 2005

Tomoa

Nadie sabe cuándo nació, ni cómo, ni por qué. Apareció mientras sus padres dormían en una tarde de eclipse total de sol.

"Me salió soñador y silencioso", era lo único que decía su madre sobre él cuando alguien le preguntaba.

A menudo se le podía ver en la orilla del río buscando las huellas de otras almas mudas como la suya, sin embargo, siempre regresaba a casa con el rabo entre las piernas.
Sus ojos solían preguntarle al viento si Ella en realidad existía, si algún día podría encontrarla por casualidad sentada en algún parque, deshojando mariposas.

"Mientras vivas en silencio, nunca encontrarás el amor", le decía su padre todos los días, mientras le acariciaba la frente como si fuera un niño; pero no lo era.

Ebrio de soledad, se fue de su casa y se internó en lo más profundo del valle, allí, donde las orquídeas cantan y danzan para la luna llena.

De vez en cuando, llegaban a su nariz nuevos perfumes, nuevas esperanzas que se grababan en su piel y le daban el aspecto de un velo, cubierto de parches y hoyos multicolor.

Para qué negarlo, él era un loco enamorado de la noche, vagabundo en busca de niebla, huérfano y prófugo por voluntad propia.

A Tomoa, el perro mudo y gris, siempre le ha gustado mirar cómo cae la lluvia.

martes, diciembre 13, 2005

Energía

Desperté enredado en los cables del alumbrado público.
No recuerdo cómo llegué hasta aquí, quizás el viento me arrastró cuando iba a visitarla. Siempre supe que pasaban cosas raras en la zona industrial, pero nunca nada como esto.
Sé, porque me lo han dicho los empleados de la empresa de energía, que tengo incrustados los cables en las piernas y las manos; que parezco una marioneta, una marioneta que piensa y habla por sí sola.
Cuando mi papá vino con Ella a despedirse, me contó que el alcalde no quiso dar la autorización para cortar la luz y facilitar las labores de rescate, porque según él, eso va en contra del correcto funcionamiento de las fábricas y de la vida misma. Lo natural era que yo hubiera muerto con la descarga de electricidad, pero no, en lugar de eso, me enredé en unos cables que no tenían por qué alargarse y perder la tensión como si fueran simples cuerdas. La energía ahora fluye a través de mi cuerpo, como si yo fuera una extensión más de la red eléctrica.
Desde que dejé de llamar la atención de los habitantes de la ciudad y de las regiones cercanas, sólo “vivo” esperando el día en que por fin pueda cerrar los ojos y devolverle al mundo su lógica exacta y “natural”.

lunes, diciembre 12, 2005

Ocaso

El siguiente texto fue escrito a dos manos. Camilo, muchas gracias.

Era la luna bajo la torre
Y no la torre sobre ella

Era la tarde cuando la luna se hizo mujer,
Tocó a mi puerta y escribió mi epitafio con su boca.

Y después llegó el amanecer con rayos verdes y rojos,
Y se instaló en el fondo azul de tus pupilas,
Aquellas que quedaron olvidadas en el tejado.

Siempre he querido disparar nubes y hacer sangrar la tarde
hasta que se haga de noche en mis ojos.

Volver

No sé cuántos días han pasado desde la última vez que hablé contigo. Nunca he visto tu sonrisa. Tampoco tus lágrimas. Ni siquiera conozco el perfume que se desprende de tus labios. No sé si tienes la piel fría o si tu voz es dulce y sincera. No me has dicho nada sobre tu familia. Jamás me has hablado sobre tus amigos... Querida mujer, no sé nada sobre ti y, sin embargo, lo único que quiero es volver a tu regazo, recostar mi cabeza sobre tu vientre caliente y soñar, como lo hice cuando vi tu alma por vez primera.

martes, noviembre 29, 2005

Trozo de nube

Hoy cayó un trozo de nube frente a mi casa. Mi mamá dice que ocurrió durante la noche, pero yo creo que fue sólo unos momentos antes de que saliera a la universidad. Lo cierto es que ni siquiera los vecinos saben a qué hora pasó. Todavía se me hace extraño que nadie haya sentido el estruendo, sobre todo si se tiene en cuenta el enorme cráter que se abrió en mitad de la calle.
Al parecer éste no será un día normal. Todos los vecinos están haciendo guardia al lado del cráter. Ni en las fiestas de fin de año los había visto tan integrados. Bueno, supongo que no los puedo culpar, después de todo, el trozo de nube es lo más interesante que ha pasado en el barrio desde la muerte de María. Y pensar que fui yo el que le prometió un pedazo de nube sólo una noche antes de que muriera…

Ya casi es mediodía y yo me sigo preguntando cuánto puede durar una nube clavada en el asfalto. A veces tengo la impresión de que la nube ha desaparecido y todo es un montaje del vecindario para seguir llamando la atención. Sí, quizás eso es lo que pasa. De ahí que no dejen que nadie se acerque demasiado a la boca del cráter.
De hecho, yo no he podido ver el trozo de nube, pero sí mi mamá. Fue ella la que me dijo esta mañana que había una nube sembrada en el fondo del cráter. No lo sé. Tal vez mintió porque no quiere que me entere de la verdadera razón por la que se hundió la calle justo frente a nuestra casa y la de María. Ahora que recuerdo, fue ella la que me avisó hace un año que María había muerto.

miércoles, noviembre 09, 2005

Deseos

Quiero que tus pupilas se queden colgadas del cielo raso para que las estrellas hagan su nido en tu mirada gris y le den vida con su canto.

Quiero abrir tus pies y visitar las torres donde habitan las luces que te mantienen despierta mientras viajas en el río del tiempo.

Quiero que tus mejillas puedan hablar en el lenguaje del verano y el invierno para que sea tu alma la que recoja las flores y las hojas donde viven nuestros sueños.

Quiero morderte la nariz y robar el fruto con el que llenas de melancolía las paredes desiertas de este valle.

Quiero amarte en otrabanda como si fuéramos dos desconocidos jugando a estar ausentes.

Luna y sol

Se me quedó el tiempo en el fondo de la habitación. Perdóname. Lo olvidé y no quiero regresar por él. Lo más probable es que deje de correr y que la mañana no llegue nunca. Si es así, esta noche quizás sea la última que tengamos. Será eterna. Disfruta la luna antes de que te hastíes. Hoy, tal vez comiences a extrañar el sol.

¿Me prestas tus ojos?

Anda, no seas mala, préstame tus ojos. Los míos ya no sirven, no pueden distinguir el día de la noche ni tampoco saben medir las distancias. Están ciegos de amor.

Por favor, es sólo por un instante. Quiero verte antes de que te marchites. Quiero aprender a extrañarte.

Préstame tus ojos para que pueda despertar. Te lo pido en voz baja o alta, de rodillas o de pie, con lágrimas o besos.

Lo único que quiero es ser un sonámbulo de ojos abiertos que sonría como sólo lo hacen aquellos que han comprendido el valor de un sueño.

lunes, octubre 31, 2005

Azar 9

El hombre que va por el sendero, vestido de azul y con la cabeza cubierta de hojas, es sólo una ilusión. La mujer sentada al lado del arroyo está soñando y ha convertido el cielo y la hojarasca del bosque en un hombre apuesto, galante y de vocabulario refinado. Lo que la joven no sabe es que su caballero también tiene pecados. Uno de ellos, quizás el más importante, es que, a pesar de ser un sueño, sigue siendo un hombre solo que vaga por los bosques en busca de mujeres. La joven quiere olvidar que el hombre de azul es más real que los hombres que la cortejan, mientras ella sigue soñando despierta en el arroyo.

Sólo hoy

Estoy loco.
Sólo hoy.
Hasta que caigan todas las hojas.

Ábreme.
Mírame.
Sólo hoy.
Cerraré mis alas en tu boca.

No voy a caminar.
Dejaré que me encuentres.
Sólo hoy.
Para que tus pies alcancen mi sombra.

Querida mujer,
sólo hoy,
voy a renovar esta promesa:

“Te amaré hasta que el sol y la luna nos regalen una noche más”.

jueves, octubre 20, 2005

Ojos vacíos

Hay tanto vacío alrededor de mí,
Alrededor y debajo,
Debajo y encima,
Encima y adentro,
Adentro,
Una vez más,
No he vuelto a llorar
cuando miro las olas.

Otrabanda

Esta noche,
cuando salga el sol,
voy a amarte en otrabanda.

Dejaré que tu pecho
respire al compás del viento.

Haré que te recuestes en mí,
que unas tus ojos a los míos.

Por favor, déjame sentir tu piel,
siempre trémula.

Esta noche, vamos a caminar
como si fuéramos uno,
siendo cuatro.

Quiero amarte

Te invito a caminar
descalza
bajo los sauces.

Rompecabezas

Un lago
Una ciudad
Una calle
Una casa
Una ventana
Una mujer
Dos vestidos
Una luna de plata
Un espejo de soles
Un hombre
Un gato azul

La mujer
Los vestidos
La ventana
Una puerta
El hombre
La casa
La calle
La ciudad
El lago
Dos cuerpos
La luna de plata
El espejo de soles
La ventana
Tu, querida mujer, frente a la puerta
Y mi gato que sigue jugando a los rompecabezas en el balcón.

martes, octubre 18, 2005

Azar 8

Antes de comenzar me gustaría mucho recordar tu cuerpo caliente si es que lo estaba bajo mis pies. Estoy loco aburrido feliz en tu ventana balcón puerta desgarrada que se niega a cerrarse frente a mis ojos y mi mente siempre anhelantes. Vago perdido pero no solo en el mar de orquídeas que hice para ti aquella noche cruel en que tus piernas se callaron para siempre. Extraño tus ataques de curiosidad melancolía que me hacían sentir como las aves que migran a cielos y selvas vírgenes cálidas y frías. Sé que esto que lees no tiene sentido. Perdóname, lo que pasa, querida mujer, es que esta noche te amo sin esperanza.

lunes, octubre 03, 2005

Amanecer

Acaba de entrar. Se sienta sobre la cama con la espalda apoyada en la pared. Desde niño le ha gustado sentir el frío de los muros en su piel. Está ausente. Sin su respiración, este cuarto estaría vacío. ¿En qué piensas joven soñador? ¿Qué noticias nos trae el tiempo?

Hoy hubo eclipse en algún lugar del mundo. Precisamente hoy. Quizás hoy también haya nacido un alma muda bajo la oscuridad compartida del sol y la luna. Un alma como la mía. Desearía vivir en el tiempo en que los astros definían el destino de los hombres. Todo sería más fácil. Todo tendría sentido.

Tiene los ojos abiertos y las manos apoyadas en sus piernas. Su silencio de perro mudo hace que su cuerpo, joven y a la vez viejo, se parezca a las piedras del río. Está puesto ahí, sin mover ni alterar nada, como quien espera del otro lado del espejo. ¿Qué estas esperando? ¿Acaso te está derrotando el tiempo?

Miles de noches han caído sobre mi cabeza. La rasgaron, poco a poco. Las estrellas ya no me producen la misma fascinación de antes. Ya no tengo tiempo de verlas. No con los mismos ojos. Sueño con un valle cubierto de orquídeas azules que se mueven como las olas al compás del viento. Pero en realidad lo único que quiero es que mi piel vuelva a estar viva. He tenido suficiente de la soledad. Quiero salir a buscar el viento. Voy a abrir mis alas, de nuevo.

Está empezando a llover. Ambos conocemos ese sonido, incluso desde antes de nacer. La soledad se rompe. Casi pueden oírse sus crujidos mientras el soñador abre la ventana. El mundo, piensa él, está cubierto de lágrimas, justo como lo vieron mis ojos por primera vez. Este cuarto es demasiado pequeño. El umbral devuelve el sonido de otras voces. Él se levanta y deja la ventana abierta. Algunas cuantas gotas de lluvia humedecen las sábanas.

Creo que se acabó el tiempo de esperar. Me voy a buscar nuevos soles y lunas. Quiero ver lo que mi alma no ha podido, antes de que me despierte el día. Ahí te dejo, soledad azul.

jueves, septiembre 22, 2005

Él

Allá va. ¿Lo ves? Es él. Él carga el horizonte vacío de estrellas. Hace mucho quiso ser la noche, pero no pudo soportar el peso de la luna negra. Según él, su ausencia era tan resplandeciente que no podía abrir los ojos sin desbordarlos de amargura. Ahora él vaga por este valle persiguiendo el perfume de las orquídeas, que también es el tuyo. Es un aprendiz del viento y del alba. Sus pies traen el silencio y la esperanza de un comienzo nuevo. Él comparte el brillo opaco de mis ojos. Él, como yo, sufre de "amor" por una orquídea.

Hoy

Hoy es simplemente el comienzo de algo que aún no me atrevo a definir. Siento miedo. No lo puedo ni quiero evitar. No tengo que hacerlo. Hoy he visto al sol y mi sombra tan solos como siempre. Estoy solo. Solo. Solo. Pero también he visto tus ojos. Creí haber visto tus ojos. Creí haber visto el rubor de tus mejillas. Me detuve para que el sol siguiera dibujando mi sombra solitaria. Me detuve para ensombrecer tus ojos. Me detuve para alimentar la duda. ¿Son tus ojos iguales a los ojos del sueño? Negros y locuaces. Negros e inmensos en su soledad. Estamos solos. Solos. Solos. Aunque nuestras sombras, que juegan a ser almas, se pierdan en un solo valle y jardín. ¿Por qué tu voz suena como la voz de la muerte? Me acerco al silencio. Me acerco al olvido. Me acerco a tu sonrisa, sin esperanza. Hoy es simplemente el final de mi vida sin ti.

domingo, septiembre 18, 2005

Esperanza

Querida mujer,
hay noches en las que creo
que tu voz,
es mucho más
que el sonido del viento.

Dime, acaso mi figura
ya no se refleja en tus ojos,
acaso he perdido el fulgor suave,
que me acompañaba en las noches
y a veces también en los días sin lluvia.

Quiero saber si todavía están abiertas tus manos,
para un soñador que quiere volver a sonreír,
ojalá, sobre tu sonrisa.

Nuevamente, lleno de ilusión,
Te extraño.

S.M.

Manzanas verdes crudas

Quién dice que el cielo es azul
azul como la "Tierra"
azul como el mar
Y si azul es sólo lo que soñamos
lo que queremos
Qué tal si azul es sólo el color de nuestra esperanza
azul sería el amor
azul la felicidad
azul serías tu
cuando escribes y lees
conmigo
pero sin mí
azul sería mi ausencia
llena de tus palabras.

Condeno a todo ser vivente a que en la libertad se libere

Intenta, de nuevo, la lujuria de mis labios
la timidez de mis pensamientos
y prometo llevarte, una vez más , a la locura insana
de probar manzanas verdes crudas.

Kakau

miércoles, septiembre 14, 2005

Ahí estás

No sé quién eres,
no quiero saberlo.
Prefiero que sigas siendo un fantasma.
El único que ha venido a compartir mi silencio.

Sí, te estoy hablando a ti,
lector silencioso.
Sé que estás aquí en este momento.

Casi puedo adivinar tu nombre
y tu figura que fluye,
como un pesado manantial,
entre mis líneas.

No puedo imaginar lo que pasa por tu mente,
cuando abres los ojos y ves la pobreza de este valle,
sin embargo, tu presencia,
aquí, en este reino de muerte,
me anima para seguir soñando con orquídeas
en medio del mar,
debajo,
y encima de su eternidad azul.

Te dedico estas palabras,
con el ánimo de que las conviertas en imágenes,
dulces fantasmagorías que te acompañen en la vigilia.

Hasta pronto.

martes, septiembre 06, 2005

Carta, memoria y caos

El valle de los perros mudos, azul al alba.

Querida mujer:

No quiero que esta carta la leas estando sola porque podrías pensar que la estás inspirando cuando en realidad sólo la estás haciendo posible. No te enojes. Es sólo que quiero tener la certeza de que cuando la leas, aunque sea con él, vas a contener el temblor de tus ojos, tus labios y tus manos que quieren evocar mi figura encorvada. Ya me conoces. Quiero ponerte a prueba, quiero mover tu mente:

Ven a visitar mi pequeña ciudad, mi pequeño valle al lado del mar. Quise hacer un faro para que te iluminara durante el viaje, pero no encontré la luz suficiente en mis palabras. De cualquier forma, no hace falta. Ya conoces el camino.
Sigue habiendo un solo puerto. No hay necesidad de más. Mi ciudad sólo espera a una persona, día y noche, noche y día, aunque las dos sean la misma cosa, así como la vida, el sueño y la muerte.
Antes de que lo preguntes, sí, las casas siguen estando vacías. Lo siento. Quise que mi ciudad no pareciera abandonada, pero olvidé cómo desdoblarme en otros llantos y sonrisas. Además, creo que fue mejor así. Después de todo, las puertas y las ventanas fueron pensadas para que devolvieran nuestra voz, así como la luna devuelve el sonido de las olas.

Ven esta noche,
la siguiente,
la que sea,
pero ven.
Necesito respirar tu silencio.

Cuando esta carta muera en tus dedos, sabré que yo, que también soy él, la escribí para escucharla en tus ojos cuando ya no queramos abrirlos.

Atentamente,

El hombre que cuida el jardín.

P.D. La locura, a pesar de la noche, tiene más lógica que las letras que cayeron sobre esta carta. Te extraño.

Isabo

Me desesperan tus ojos negros. Ellos ven en algún lugar de mí que desconozco. Su brillo salobre me revela el vacío que hay en mi alma. No sé por qué insisten en llegar a esa región silenciosa que quise muerta y sobre la que tú has venido a posar tu pie, tu pequeño pie que busca el arcoiris.

Edén

Cuando te conocí, el puente que unía tus senderos azules con mi cielo color gris, desapareció en una lágrima, feliz y sencilla.
Ahora, desde esta orilla sin nombre, no hacemos otra cosa que recordar el mundo que perdimos, mientras el paraíso crece, como un fuego incontenible, a nuestra espalda.

miércoles, agosto 24, 2005

Azar 7

Para aprender a amarte primero tengo que encontrar la llave que cierra la jaula de tu corazón vagabundo que va de luna en luna alimentando rostros que quieren robarte de mí sin saber que no eres mía aunque hayamos encontrado la forma de ser uno solo.
¡Qué tonto soy! Te amo desde antes, desde que la luna besó al sol.

Soledad trivial

Ser quien soy, a pesar de todo,
Soñar el murmullo de las hojas,
Creer que la locura no es más que mi conciencia
multiplicada una y otra vez.
Vivir, morir y volver a nacer,
solo, siempre solo, siempre sin ti,
aunque esté contigo,
con tu ausencia.

Neruda se ha equivocado.
El silencio, la soledad muda de las almas,
Ajenas al mundo que conforman las palabras,
Ésa, por ahora, no es mi idea del amor.

Me gustas cuando hablas porque te siento presente
Y me oyes en la necesidad de tu mirada.

¿A quién le importa?

Mil hojas pueden caer, a nadie le importa. Su sonido es agradable cuando las pisas, así como ver las ondas que produce una piedra saltando en el lago, la música del granizo contra el asfalto o la muerte diurna de un soñador que “estorba” en el mundo.

Lo sabes, sé que lo sabes, mientras tu perfume siga rodeándome en todos mis silencios, ni en la eternidad vacía de la muerte, dejaré de ser un solitario.

Azul

Lo perdí,
miro al cielo y no soy capaz de recordarlo.
Me sumerjo en la trasparente visión del océano,
tratando de atrapar de nuevo su luz,
pero sólo me llega su ausencia,
vestida de niebla.

Ahora como podré escribirle a la nostalgia,
como podré bautizarte de esperanza y de cristal.

Sin él no puedo adivinar tu sombra,
En este valle de la muerte,
donde tus besos
deletrean su nombre,
antes de que vuelva a morir,
como todos los días,
al llegar el crepúsculo.

domingo, agosto 14, 2005

Pandora

Por favor no pienses,
puede ser perjudicial.
Puedes abrir de nuevo la caja de Pandora,
sólo que esta vez, en lugar de esperanza,
lo último que quedará en ella,
será el olvido,
tuyo y nuestro,
de los dos.

domingo, julio 31, 2005

Un viaje

Cuando él volvió traía una maleta llena del viento del oeste, una llena de lluvia de las selvas del sur, y otra, pesada como los rayos del sol, cubierta de la arena, verde y pálida, de los desiertos del este.
Al abrirlas, en la intimidad trasparente de su habitación, el hombre comenzó un nuevo viaje. Sin embargo, las tres maletas que garantizaban su regreso, se quedaron vacías sobre la cama.

Lluvia...

La lluvia no tiene que ver con un fenómeno metereológico. No, eso es mentira. La lluvia es nuestra. En las grises nubes está nuestro hogar. Allá, donde el mundo todavía es nuevo y azul.
Nadie jamás, ha escuchado la voz que esconde el granizo, e incluso una brisa ligera, como lo hemos hecho nosotros, de hecho, estoy seguro de que nadie se ha animado a traducir su lenguaje, ni siquiera cuando el rayo, que electriza la piel, da pistas que sugieren lo que hay que hacer en una tarde de lluvia.
Mujer, la lluvia es nuestra, porque sólo tu y yo, los dos, hemos podido cubrir su piel de fantasma con nuestros cuerpos.

Ladrón

Cada vez que escribo,
estoy robando un pedazo de mi alma
para convertirlo en ficción,
en una bonita ilusión
que llene tus ojos negros
cada noche.

De tanto escribir,
mi alma se va quedando vacía.
Creo que tendré que empezar a robar
tus lágrimas para mantenerla viva,
por lo menos, hasta que descubra su lenguaje
y ya no tenga que seguirla despedazando en estas líneas,
sino en jirones de nubes negras
que alimenten tu esperanza.

Por favor,
no me hagas caso,
sólo soy un ladrón
que se ha colado en tu pensamiento
para llenarlo de los "tesoros" que he acumulado
con sigilo.

Azar 6

Has dejado de ser lo que eras,
ahora quién puede y podrá descubrir
tu aliento mezclado con el día.
Una voz se apaga y apareces tú,
llena de luz, pero vacía de sombras.

Lector

Sé que estás ahí, en este momento.
Recorres mis callejones sin sentido,
No sólo con tus ojos.

Díme quién eres,
qué oscuros motivos te han traído hasta aquí.
Por favor, no te vayas sin haber dejado por lo menos tus huellas
sobre los cristales de mi alma,
sin haberme dicho los vacíos que encontraste
en este valle silencioso.

Te hablo a ti lector,
te conjuro,
te ato a mí,
como mi alma lo está a mi mente.

No soy un escritor,
pero por lo menos,
tengo habitantes secretos
que también quieren aprender a ladrar
en el silencio azul de la luna.

sábado, julio 30, 2005

El juego

Te propongo algo,
mujer de niebla,
juguemos,
durante la siguiente media hora
o por toda la vida,
no importa.

Vamos a jugar,
mujer de niebla,
a encontrarnos sin buscarnos,
a extraviarnos en las noches,
en las que nuestros silencios se buscan,
el uno al otro,
el uno al otro,
movidos por el viento,
y la locura.

sábado, julio 23, 2005

Tácito

Ya no logro adivinar,
Lo que es mío y lo que no.

Cada una de las palabras que utilizo
Y la forma en que las combino,
Ya fue pensada antes,
Por miles y miles de mentes ausentes.

¿Será acaso que también mi voz es prestada?

Personalmente, prefiero pensar que la comparto,
Que, entre todos, tenemos una sola voz,
Aunque eso equivalga a decir que todos tenemos una misma alma.

A los que les guste la teología y otras formas de esperanza vacía,
Me pueden decir que lo que siento es sólo el influjo del Ser Universal.
No lo sé, de hecho, no quiero saberlo,
Para qué, si ni siquiera sé quién soy
y lo peor es que todas las noches descubro que cuando muera,
No dejaré nada nuevo ni significativo de legado.

Hoy, bajo el sauce que alimentó mis sueños con sus lágrimas de lluvia, sé que lo único que me hace diferente de los demás es que, en el fondo, todo lo que escribo, lo escribo pensando en ti.

jueves, julio 14, 2005

Tarde de lluvia

Llovía. El valle estaba cubierto de nubes. Las calles estaban vacías. Un niño nos miraba desde la ventana, mientras caminábamos abrazados en la soledad de nuestro amor.

Ah, cuán cálido se sentía tu aliento en esa tarde fría, tu cuerpo abrazado al mío; cuán hermoso se veía tu cabello negro en la humedad, en el recuerdo de días y noches, caricias y besos, promesas y sueños que flotaban, como frágiles hojas, en la esperanza de nuestras almas.

- Te amo- me decías en el murmullo de la lluvia.
- Sabes que yo también- te respondía en cada esquina.

Ambos sabíamos que nuestras vidas no serían las mismas después de esa tarde, que no era casual nuestro deseo de mojarnos, de caminar abrazados por la ciudad que nos unió.

- Cuánto quisiera que todo fuera eterno, que no tuviera fin- murmurabas.
- Eso no es posible. Nuestro destino está trazado. Nada es para siempre, ni siquiera este amor que sentimos.

El sonido de las llantas que se deslizaban en el pavimento humedecido, nos arrancó de nuestro sueño. Movidos por la curiosidad, corrimos a observar lo que había pasado. Un hombre joven sostenía la cabeza de una mujer en sus piernas. La sangre bajaba, poco a poco, a través de su cabello negro. Nos acercamos más, lentamente, con respeto por el dolor ajeno. Recuerdo que gritaste cuando viste el rostro de aquel hombre. Era yo. Sostenía tu cuerpo inerte, mientras mis lágrimas se confundían con la lluvia.

Te busqué pero ya no estabas a mí lado. Me dejaste solo. La lluvia cayó dos veces sobre mí. En ese momento, la herida que llevaba en el pecho ya había dejado de sangrar.

Por la noche, encontraron mi cuerpo en nuestra habitación. Mi mano derecha aún sostenía el puñal cubierto de sangre. No había dejado de llover.

El silencio de la noche

Siempre me ha gustado el silencio, eso lo sabes bien
Después de todo, eres la única que ha podido entenderlo
Sin embargo, sé que también comprendes que no hay sólo un silencio
Sino varios
y de todos ellos el más hermoso
es el queda sobre el valle
cuando nuestras almas se confunden en una sola
cuando mi figura se funde en el negro océano de tus pupilas

Tienes razón
Así es el amor
Así es el lenguaje de la noche

Azar 5

No te va a quedar tan fácil olvidarte de mí,
Esta vez no lo vas a lograr,
Ya no me vas a alejar en la lluvia negra,
Así como lo hiciste el último abril.

He recorrido largas calzadas alrededor del valle,
Me ha cubierto la lluvia de los días,
y también he sido embrujado por el lamento de la noche.

Sin embargo, aquí estoy,
cerrando el círculo,
otra vez,
como siempre.

Nuestro amor es eterno,
porque a través de todas las edades,
siempre encuentro la manera de regresar a ti,
quizás con otros nombres,
otros rostros,
otros olores y tristezas,
pero tan desnudo y solitario
como la primera vez
que nuestros ojos se encontraron
al llegar el alba.

domingo, julio 10, 2005

Irene

A través de la ventana puedes ver a Irene, la ciudad fantasma.
Mira sus calles de bronce y sus árboles de cristal, la sonrisa sincera de sus niños, sus edificios dorados como el sol.
Siente el viento que canta esperanzas nuevas mientras las mujeres danzan bajo la mirada de Selene.
Visita su puerto y a los marineros que comparten la promesa de un regreso, o si prefieres, ve a sus calles subterráneas y visita a los muertos que siguen soñando horizontes cubiertos de mariposas rojas.
Camina por la ciudad y observa todo con detenimiento, porque al caer la noche en plenilunio, descubrirás que Irene sólo existe en nuestra ausencia.

Ausencia

Te llevo en mis ojos,
llevo tu ausencia respirándome en la piel
y aunque en ocasiones tu voz venga a mí,
cuando la luna así lo aprueba,
no puedo dejar de extrañarte,
en la locura de tenerte y no tenerte,
de encontrarte y perderte,
de extraviarnos los dos,
en nuestro pequeño mundo de cristal.

Ahora sólo tengo tu ausencia,
pues mi alma
también se ha ido contigo
y se ha anclado
en el silencio azul de tus sueños.

S.M.

jueves, julio 07, 2005

Frente a tu ventana

Abre los ojos, lentamente, sin afán.
Siente el viento que acaricia tus mejillas.
La voz que te habla
En el murmullo de la lluvia.

En el balcón,
Justo antes de que empezara la aurora,
La joven descubrió,
Como si se tratara de una sombra,
La tenue figura
De un soñador
Convertido en fantasma.

La luna te espera para bañarte de plata.
¿La ves?
¿Ves el espejo de la luna?
Ahí estoy yo.
Junto a ti.

Un regalo envuelto en metáfora para una mujer querida, pero distante.

Sacrificio

Dime cuánto valen tus besos, porque un valor deben tener.
Quizás el recuerdo de una tarde de lluvia,
o el calor de un hombre que se quema en su locura.
Dime, dime cuánto valen tus labios,
qué precio tiene tu aliento.
Dime, dime qué quieres.
Acaso palabras,
aves que se quemen en el atardecer de tus caderas.
Qué quieres, por favor, dímelo,
o es que acaso quieres mi alma
que se escapa entre estertores.
¿Eso quieres?
Robarme la eternidad en el licor que se desprende de tu boca.
¿Qué más da?
Amas y mueres,
mueres al mundo.

Caminar

Caminar, caminar, un constante caminar,
paso a paso, paso a paso, repito senderos,
caminar, no adelante, sino hacia atrás,
hasta el inicio,
hasta la muerte.

Caníbal

Voy a arrancar, diente por diente, esa sonrisa de tu rostro.
En serio, voy a robar la luz que dibujan tus labios, para que sientas, por un momento, lo que significa la maldición de un beso.

jueves, junio 30, 2005

Sombras

Bajo las briznas de hierba,
Mi alma se cayó y se perdió para siempre,
Tal vez estás durmiendo sobre ella,
Ojalá así fuera,
Sentir tu cuerpo sobre mi alma,
Fue lo que siempre desee,
De hecho, si lo escribo es posible que así sea
Besaré tu cuello,
Y tu vientre,
Me uniré a tu sombra,
Y cuando te levantes y recojas tu cabello desorganizado por la lluvia,
Me iré pegado a tus pies,
Susurrando para que tus pasos,
Siempre tracen el sendero que nos lleve de regreso
A nuestra pradera silenciosa
Donde mi cadáver yace
Bajo tu lápida

miércoles, junio 29, 2005

Desbarrancadero

Todo está de cabeza,
Los perros han aprendido a ladrar
La lluvia dejó de ser alegre
La vida vale más que la muerte
Y yo sigo aquí,
Perdiendo el tiempo,
Mirando mis pies,
Tratando de descubrir el sendero que han trazado a lo largo del valle,
La raíz oculta que me ata
A un mundo al que ya no pertenezco

Tonterías

De vez en cuando es bueno sentarse y esperar.
Acostarse y mirar las estrellas.
Escuchar el sonido de un arroyo o, mejor aún,
Sentir el perfume de una mujer.
De vez en cuando es bueno recordar que estamos vivos y que no somos simples hojas que se mecen al compás del destino.
De vez en cuando es bueno soñar que todavía tenemos alma.

sábado, junio 18, 2005

Desvaríos

Está bien, está bien, empezaré con lo más sencillo, no hay necesidad de adornar tanto la escritura.

Carlos vivía en el silencio de las nubes.

Sujeto, verbo, complemento. Es más fácil de lo que parece.

Carlos era amigo de Alejandra, la dueña del arco iris.

Va bien, toma forma.

Pero cometió el error de enamorarse y sintió celos de la lluvia y el sol.

Bienvenida la realidad.

Carlos quiso apartar a Alejandra de sus supuestos rivales, sin darse cuenta que al hacerlo, le estaba quitando la vida.

Ahora llegó la tristeza, como siempre.

Con el tiempo, Carlos descubrió, en la ausencia de Alejandra, que realmente no la amaba a ella sino a su silencio de colores y decidió cubrir de guacamayas su lecho de nube para reemplazarla.

Por lo visto, la esperanza no tiene cabida en las cosas sencillas, así como la muerte, la vida y el amor.

Carlos murió la tarde en la que el día y la noche fueron uno, y su nube, pequeña y blanca, se convirtió en una ventana a las estrellas.

Noche insensata

Es que no ves que cuando estoy contigo no soy yo el que besa la planta de tus pies sino la sombra que la luna proyecta sobre la sábana llena de los senderos que han trazado nuestros cuerpos en la guerra que llamamos amor y que confundimos con la eternidad cuando lo único cierto es la noche y la distancia que nos separa.

lunes, junio 13, 2005

Desencuentro

-Este bus va en dirección contraria. Ella te está esperando en otro lugar.
-Lo sé...

Así comenzó el gran incendio en la ciudad de la muerte.

-Mira hasta donde suben las llamas. La ciudad se destruye. Acaso no escuchas los gritos. ¿Por qué no quieres ser feliz? ¿Por qué quieres ser como estos espectros solitarios que sólo viven de apariencias?
-La ciudad no se destruye, sólo se muestra tal y como es...
-Sí, pero al rechazar esta última oportunidad... ¿Es qué no entiendes que la soledad es sólo una enfermedad? Tiene cura, por favor, entiende, todavía puedes salvarte.
-Lo sé...
-Pero tienes miedo, cierto, tienes miedo de ser inferior a ella.
-...

El escritor mira los edificios que arden a través de la ventana, las sombras que se retuercen en la noche, que se mezclan y se confunden como el sonido de la hojarasca. Está solo. Levanta la cabeza y ve los cráneos vacíos de los demás pasajeros. El viento les ha quemado la piel. Sin máscaras, los habitantes del valle son todos iguales, pero el escritor se niega a aceptarlo.

-Mírame bien, soy tu alma. Bien sabes que los ángeles guardianes no existen, sólo estamos tú y yo, hasta el final, hasta el vacío. Tienes la oportunidad de ser feliz, no la desprecies, puedes perderme también a mí.
-Lo sé...
-¡Loco insensato, acaso quieres morir! Si te olvidan jamás volveré a renacer. Haz con tu vida lo que quieras, pero al menos dáme una oportunidad. Yo no he hecho nada, no merezco morir contigo, por favor, entiéndeme.
-Haz lo que quieras. Puedes seguir viviendo como un fantasma. No me importa. Véte, lárgate, déjame en paz. Tú mismo lo has dicho, la soledad es una enfermedad, me consume lentamente, no puedo escapar de ella, y a estas alturas, ya no siento deseos de hacerlo. Voy hacia la muerte y lo sé. Ella nunca me perdonará, a lo mejor se sienta burlada, y lo comprendo. Soy un cobarde y estoy siendo cruel con la única mujer que podía salvarme. Tal vez su rostro también haya perdido los ojos y la sonrisa que creí ver en ella, no lo sé...

Sin sorpresa, el escritor vio como sus manos, su pecho y sus piernas se iban haciendo trasparentes. Dejó de escuchar los gritos y risas fingidas, las voces vacías de una ciudad que jamás le había pertenecido. El escritor volvió a unirse con su alma, mientras su cuerpo se desvanecía lentamente.

-Un puesto vacío...

Su silla fue ocupada por otro pasajero. Así era su soledad trasparente. El escritor y su alma eran expertos en desaparecer.

miércoles, junio 08, 2005

Azar 4

Sentado junto a la vega del río, el hombre descubre en el silencio de sus aguas tranquilas, el reflejo de una mujer que le sonríe desde el fondo mismo de sus pensamientos.

lunes, junio 06, 2005

Sólo tú

En realidad, no sé ni por qué escribo. No tengo nada que decir que ya no sepas. Ya no hay más palabras que agregar a nuestro diccionario. Todo está dicho. El poema está terminado.
Ya sabes lo qué significan las noches, las ciudades subterráneas, los fantasmas.
También comprendes lo que espero de la eternidad, del amor, de los recuerdos.
Sabes que me gusta mirar las aves que se queman en el horizonte, cuando los dos caminamos abrazados a través de las calles vacías.
Me tienes atrapado en tus ojos, en tu aliento.
Has robado mi alma. Te has quedado con mi sombra.
Aprendiste que la luna nueva es la más hermosa de todas, la que más se parece a nosotros, pequeños seres invisibles y nocturnos.
Lo sabes todo de mí, te anticipas a cada uno de mis pensamientos.
Sólo tu has podido ver mis ojos en la soledad de un beso.

Azar 3

Todo nuestro mundo es sólo una fantasía,

Nuestro pasado,

Nuestro presente,

Nuestro futuro,

Es sólo una creencia,

Una ilusión.

Nuestra mente nos engaña,

Desfigura nuestra vida,

Roba nuestra alma.

Frente a tu ventana,

Tan irreal como todas las cosas que han pasado por mi cabeza,

Me pregunto si nuestro amor es verdadero,

O si es sólo una fantasmagoría,

Tan bella, pero a la vez tan cruel

Como el velo lunar

S.M.

Ojos negros

Por favor no me mires así, estoy cansado, ¿es qué no ves? Ya no puedo continuar con esta farsa. Amor, cuán vacía se siente esa palabra en mis labios. No me mires así, es la verdad, tarde o temprano tenías que saberla, nadie puede vivir para siempre en una mentira. ¡Ya basta!, no me mires más. Estoy cansado de tus ojos negros. Nunca sé si están tristes, no comprendo su lenguaje. No me mires, por favor, no me tortures más. Esos ojos no parecen tuyos, no te pertenecen, son los ojos de un demonio sediento de amor.
¡NO MÁS! Prefiero la muerte antes que seguir naufragando en el negro océano de tus ojos. Siempre haces lo mismo, soy tu esclavo, no me puedo escapar de ti y de tu mirada.

Y el hombre volvió a la noche, al silencio oscuro de unos ojos que nunca lloran.

Encarcelado

Antes de empezar, me gustaría decir que no soy escritor, sólo soy un desocupado que se dedica a escribir líneas sin sentido. Cada palabra, cada párrafo, cada idea, no es original, no es mía. De hecho, no sé de dónde provienen todos mis pensamientos, si he de ser sincero, todo lo que escribo es por simple inercia.

No te engañes, no me estoy disculpando, no tengo motivos para hacerlo, lo único que quiero decir es que en alguno de los cuentos que escribí, algo pasó, algo se salió de control.

Quise escribir una autobiografía, hablar sobre mis fracasos y mis triunfos. Recreé mi vida en algunas cuantas palabras, me convertí en un personaje de una de mis historias, bueno, historias que no son mías, aunque sea yo el que las escriba.

Lo importante, en todo caso, es que quedé encerrado en esa maraña de metáforas y cursilerías sin sentido con las que quise adornar mi vida. Así es, querido lector, yo ya no existo, mi cuerpo se ha desvanecido, ahora sólo vivo en las historias que escribí en las noches cargadas de soledad.

¿No me crees? Por favor no seas injusto, de que forma podría probarte esta locura. Ni yo mismo lo entiendo. Lo único que sé es que te necesito para seguir con vida. Si nadie lee la basura que alcancé a escribir antes de desaparecer, entonces habré muerto para siempre. Cuando lees, me estás devolviendo la vida, de cierta forma, estás volviendo a escribirla.

No te vayas, comprendo que es una locura, a lo mejor estás pensando: Vaya tontería, a quién se le puede ocurrir semejante cosa, además, cómo haces para escribir este mensaje, si se supone que ya no existes. Pues, la verdad es que este mensaje no es mío tampoco. ¿Es que no entiendes que sólo existo en tu imaginación? Yo soy tú y tú eres yo, tú eres mi parte real y te estoy pidiendo que no me dejes morir, porque tú tampoco quieres morir y perderte en el olvido.

jueves, junio 02, 2005

Paradoja

Al mirarse en el espejo, lo único que conseguía era ver el reflejo de su espalda.
Carlos lo intentó una y otra vez, pero nunca volvió a ver su rostro.
Con el tiempo, olvidó cómo eran sus ojos, su boca, su nariz, su pecho, sus brazos, hasta llegar al punto en que por más que tocaba su rostro, sólo sentía su larga cabellera negra que no dejaba de crecer.
Mientras Carlos dejaba de hablar, de ver, de oír, otro Carlos nacía en una ciudad diferente, con los mismos ojos, la misma nariz, la misma boca del otro, aquel que moría, aquel a quien el destino le había dado la espalda.

Palabras

No tiene sentido plagiar, si después de todo, cada una de las palabras que utilizamos para cristalizar nuestros anhelos es una prostituta que ha pasado por la mente de todos.

Dolor

Escribo por el placer de comprobar que, al menos en esto, no soy tan bueno como quisiera.
El hombre siempre tiende al masoquismo.

¡Basura!

Y las letras comenzaron a desaparecer.

Huérfano

No tengo madera de escritor,
ni tampoco deseos de tenerla,
lo único que quiero, es que mis palabras
pesen sobre tu mente como pesan las montañas en el cielo,
con la misma fuerza y dolor que dejaste en mis labios y brazos huérfanos,
huérfanos de ti.

Diana y la ventana 2

De hecho, las huellas que ves sobre la arena no son mías, porque si te fijas bien, yo ni siquiera tengo cuerpo, soy sólo un fantasma que vive en tu mente.
¿Qué dices? ¿Me amabas? Lo siento mujer, pero al amarme a mí, en realidad, estabas amándote a ti misma.

martes, mayo 31, 2005

Trilogía de la desesperanza 2

Y al mirar hacia atrás, encuentro sus huellas en el camino, tan cercanas, tan parecidas a las mías.
El tiempo ha marcado senderos diferentes para cada uno de nosotros,
la vida se empeña en separarnos,
ojalá el recuerdo vuelva a unirnos al descender por el valle de la muerte.

Jhon y Edwin,
el tiempo nos separó,
pero siguen siendo mis amigos.

sábado, mayo 28, 2005

Conciencia

Y al mirar otra vez, el hombre descubrió su sombra proyectada sobre la cima del cerro. "Solos tú y yo. Como siempre".

Trilogía de la desesperanza 1

Ana Paola,
dónde quiera que estés,
todavía te recuerdo

Hoy, después de muchos años, comprendí, con todo el dolor que eso implica, que había cometido un error. Cada frase, cada caricia, cada beso, era sólo una forma de alejarte más y más de mí. Rompí tu silencio de flores. Quebré tu imagen una y otra vez, en la locura de un amor que sólo yo sentía. Te convertí en un fantasma y me olvidé de la mujer real.
Hoy, me despido de tus mejillas, de tus piernas, me despido del licor de tu cabello negro bañado por la lluvia, de las manos que me enseñaron que el misterio de la vida era sentir; me despido de tu alma, de los residuos que quedaron en mí cuando los dos fuimos uno solo, me despido de tu voz, de tu respiración.
Adiós mujer de niebla, pronto nos veremos, yo te convertí en un fantasma, mi muerte me convertirá en tu sombra.

domingo, mayo 22, 2005

Niñez

Cuando era un niño, me gustaba imaginar que tenía alas.
Corría por la llanura, tomaba impulso, saltaba y desplegaba mis grandes alas blancas.
A diferencia de Icaro, a mí me gustaba volar a ras del piso. Subía hasta casi tocar las nubes y después bajaba en picada para planear durante horas sobre los senderos y las calles cubiertas de gris.
Al caer la tarde, mis alas blancas desaparecían, dejando su recuerdo sobre mi espalda.
Solo, en la oscuridad de mi habitación, aprendí a comprender a Icaro, aunque, de hecho, todavía no lo conociera.
Por alguna extraña razón, que incluso hoy no logro comprender, parece que la felicidad es un castigo.
Primero fui un ángel y después un niño, ahora soy un hombre triste que ha perdido sus alas para siempre.

Azar 2

Los días azules llegaron en noviembre.
Estaban cargados de nostalgia,
nostalgia azul.
Durante aquellos extraños días,
la gente que se miraba en el espejo
descubría, en distintas parte de su cuerpo, un pequeño lunar azul.
Con la mirada perdida y llena de suspiros,
las personas marcadas de azul
no podían dejar de pensar en el pasado.
Lo extraño es que tampoco recordaban un presente.
Nostalgia azul, memorias grises.

Diana y la ventana

Las cosas han cambiado un poco desde la última vez.
Tienes el cabello y los ojos más negros, ya casi no sonríes y tus manos parecen haberse encogido.
He vuelto, casi cinco años después, y aun así me sigues esperando frente a la ventana. Quizás no me esperabas a mí, sino al hombre que se fue, al que recuerdas y sigues amando. Sin embargo Diana yo sigo siendo el mismo, el niño ingenuo, tímido, el joven soñador, el hombre inseguro.
¿Por qué ya no me miras? Acaso ya no me amas.
La gente me ha dicho que no has dejado de esperarme, que todos los días te sientas frente a la ventana y miras el horizonte donde mi sombra se perdió hace ya tanto tiempo.
Lo sé Diana, todos en esta ciudad estamos muertos, todos nos asomamos frente a tu ventana. Qué soledad tan grande. Vivir en medio de recuerdos que se niegan a morir.

sábado, mayo 14, 2005

Valentía

Solo, frente al balcón, Juan toma impulso.
Abre sus alas, cierra los ojos.
Cinco pisos son suficientes para asegurar un final.
Solo, frente al balcón, Juan sigue llorando.
Quizás algún día tenga el valor de saltar al vacío.
Quizás Juan deje de ser un cobarde.

Azar

En un gran país, en una pequeña ciudad, en una oscura calle vive Sofía.
Todos los días, quizás desde que los perros comenzaron a ladrar, la joven se sienta al lado de su ventana y mira el horizonte cubierto de montañas y edificios que cada vez son más altos.
"Allí está la joven", dicen algunos.
"Todavía sigue esperando", comentan otros.
Nadie sabe porque Sofía se sienta todos los días frente a su ventana, en una oscura calle, en una pequeña ciudad, en un gran país.
La gente no ha aprendido a reconocer a los fantasmas.

Principio

Bueno, para empezar o quizás para terminar una madrugada cargada de lluvia, baste decir que todo principio necesita un final, tanto como una cola la serpiente.
Sin final no hay principio, así como no hay párrafo sin el punto.
La muerte, a final de cuentas, es la que da sentido a nuestra vida.
La muerte es nuestro estado natural.
Punto final.

sábado, enero 22, 2005

Los perros mudos

"Llegamos", fue lo último que pudo decir antes de perder la voz. Nunca supo qué fue lo que pasó, ni por qué razón los dioses la castigaron, lo cierto es que a partir de ese día, todos sus descendientes, además de nacer mudos, fueron condenados a vivir y morir solos.

jueves, enero 06, 2005

Vale la pena

Por más que lo intentes, sabes bien que no podrás borrarme.
Nuestro amor nunca muere, ¿no te das cuenta?
En el infierno o en el purgatorio, nuestras almas siempre se encuentran, para recrear una y otra vez, la locura de los silencios rotos, de los encuentros y desencuentros, que no nos llevan a ninguna parte, pero que mantienen abiertas nuestras alas.
¿Es que no lo ves?
Bajo la luna, hay una sola sombra larga,
la brecha que nos separa de la muerte.