miércoles, agosto 24, 2005

Azar 7

Para aprender a amarte primero tengo que encontrar la llave que cierra la jaula de tu corazón vagabundo que va de luna en luna alimentando rostros que quieren robarte de mí sin saber que no eres mía aunque hayamos encontrado la forma de ser uno solo.
¡Qué tonto soy! Te amo desde antes, desde que la luna besó al sol.

Soledad trivial

Ser quien soy, a pesar de todo,
Soñar el murmullo de las hojas,
Creer que la locura no es más que mi conciencia
multiplicada una y otra vez.
Vivir, morir y volver a nacer,
solo, siempre solo, siempre sin ti,
aunque esté contigo,
con tu ausencia.

Neruda se ha equivocado.
El silencio, la soledad muda de las almas,
Ajenas al mundo que conforman las palabras,
Ésa, por ahora, no es mi idea del amor.

Me gustas cuando hablas porque te siento presente
Y me oyes en la necesidad de tu mirada.

¿A quién le importa?

Mil hojas pueden caer, a nadie le importa. Su sonido es agradable cuando las pisas, así como ver las ondas que produce una piedra saltando en el lago, la música del granizo contra el asfalto o la muerte diurna de un soñador que “estorba” en el mundo.

Lo sabes, sé que lo sabes, mientras tu perfume siga rodeándome en todos mis silencios, ni en la eternidad vacía de la muerte, dejaré de ser un solitario.

Azul

Lo perdí,
miro al cielo y no soy capaz de recordarlo.
Me sumerjo en la trasparente visión del océano,
tratando de atrapar de nuevo su luz,
pero sólo me llega su ausencia,
vestida de niebla.

Ahora como podré escribirle a la nostalgia,
como podré bautizarte de esperanza y de cristal.

Sin él no puedo adivinar tu sombra,
En este valle de la muerte,
donde tus besos
deletrean su nombre,
antes de que vuelva a morir,
como todos los días,
al llegar el crepúsculo.

domingo, agosto 14, 2005

Pandora

Por favor no pienses,
puede ser perjudicial.
Puedes abrir de nuevo la caja de Pandora,
sólo que esta vez, en lugar de esperanza,
lo último que quedará en ella,
será el olvido,
tuyo y nuestro,
de los dos.