Trozo de nube
Al parecer éste no será un día normal. Todos los vecinos están haciendo guardia al lado del cráter. Ni en las fiestas de fin de año los había visto tan integrados. Bueno, supongo que no los puedo culpar, después de todo, el trozo de nube es lo más interesante que ha pasado en el barrio desde la muerte de María. Y pensar que fui yo el que le prometió un pedazo de nube sólo una noche antes de que muriera…
Ya casi es mediodía y yo me sigo preguntando cuánto puede durar una nube clavada en el asfalto. A veces tengo la impresión de que la nube ha desaparecido y todo es un montaje del vecindario para seguir llamando la atención. Sí, quizás eso es lo que pasa. De ahí que no dejen que nadie se acerque demasiado a la boca del cráter.
De hecho, yo no he podido ver el trozo de nube, pero sí mi mamá. Fue ella la que me dijo esta mañana que había una nube sembrada en el fondo del cráter. No lo sé. Tal vez mintió porque no quiere que me entere de la verdadera razón por la que se hundió la calle justo frente a nuestra casa y la de María. Ahora que recuerdo, fue ella la que me avisó hace un año que María había muerto.