martes, enero 31, 2006

¿Quién soy?

No soy ni escritor, ni periodista,
ni hombre, ni perro mudo,
ni amigo, ni novio,
ni "ser".

No tengo alma.

Estoy vacío.

Camino para no sentirlo.

No soy modesto, ni soberbio,
ni pobre, ni rico,
ni soñador, ni pesimista,
ni siquiera sonrío.

No sé nada,
no tengo nada,
y ciertamente,
no me importa.

Valgo menos que la tierra que pisas.

¿Quién soy?

Sólo una hoja que nació muerta.

martes, enero 24, 2006

Azar 15

Estar enamorado de ti,
es como estar enfermo
de no estarlo.

Temor

Tengo miedo de no encontrar mi voz, ni mi nombre, de ser como los demás, parte de la masa; tengo miedo de perderme en el olvido y que todo lo que quede de mí al final de mi vida, sea la fecha de mi nacimiento y la de mi muerte, y nada más; ojalá que por lo menos, el mármol sea duradero, si es que de mármol puede estar hecha la memoria de los seres que amo, pensándolo, pero no sintiéndolo.

miércoles, enero 18, 2006

Sin sentido

Cada vez que escribo olvido algo de mí mismo y también olvido la forma de escribir correctamente para que me entiendas y puedas recordarme. Es extraño. Si pones un nombre en una lápida, corres el riesgo de olvidarlo cuando se marchiten las primeras flores. Sin nombre no existo, y si no existo, tampoco puedo ser olvidado; pero tampoco puedo dejar mis huellas sobre tu cuerpo, de la misma forma en que no puedo pensar y sentir al mismo tiempo, como si el universo correspondiera a la sensación que deja el fuego sobre la palma de mis manos. Sé que si dejara de escribir perdería el único lazo que me ata a ti, al menos en las noches en las que te sientes sola, en las que buscas un consuelo en el consuelo de los demás. Me duele estar consciente y no ser lo suficientemente loco para comprender los milagros y la magia que aún se encarnan en tus ojos, en el azul del cielo y en el ulular del céfiro entre los árboles. En estas líneas sin sentido aparente, sin lógica “casual” ni estructural, voy dejando los últimos rezagos de un alma que de tanto hablarse y pensarse en labios y mentes ajenos olvidó… olvidó… que para seguir con vida basta con que cierres los ojos y recuerdes mi nombre, aunque no quieras hacerlo.

Por qué lo haces...

Por qué no te acercas a mi ventana y te despides como los otros…
Como un punto que se aleja cada vez más en el horizonte…
Hasta desaparecer por completo allende las nubes y el mar.

martes, enero 17, 2006

El recuerdo de tus flores

Te regalo una flor
Sencilla
Simple
Lo sé
Pero es un símbolo
Un recordatorio
De lo frágil que puede ser el amor

No lo puedo evitar
Tu flor se marchita
Y sus pétalos van a parar
Al fondo del jarrón
Cansados
Oscuros
De muerte y desesperanza

Nuestro amor duró, lo que duró esta flor
Nada más

Ni regalándote una o miles de flores
de diferentes colores y perfumes
Podría prolongar esta agonía
Dulce
Feliz
De amarte
Por fuera del tiempo

No más promesas

Las puertas están selladas, al igual que las ventanas. He cubierto con sábanas los muebles y todos los “colgandejos” que pusiste en las paredes. Dejé a tu gato por fuera. Lo dejé libre, como siempre debió estar.
Rompí todos los focos y los espejos. Quemé todas tus fotos, todas tus cartas, incluso las que nunca me escribiste; pero que yo nunca dejé de esperar. De hecho, para ser sincero, escribí todas tus promesas y las rompí, una por una, lastimosamente, no de la misma forma “indiferente” con que tú lo hiciste.
Ya destruí todos tus recuerdos físicos, pero aún faltan los que dejaste en mi propio ser.
No sé cómo hacerlo. No puedo. Ojalá pudiera desgarrarme el pecho con las manos, abrirlo y arrancarme el corazón. Me gustaría verlo sangrando y escurrirlo por todas las habitaciones, junto con mis lágrimas finales.
Lo sé. Es inútil. No quiero que me consueles, ni que me agradezcas por las cosas que he hecho. No quiero tu lástima. No la tuya. Si de verdad me quisieras, deberías matarme y envolver mi cuerpo en una sábana, como las que cubren todos nuestros “recuerdos”. Sería más fácil.
Nos hace falta voluntad. La mía, te la robaste, pero la tuya, siempre se escondió detrás de un “hasta pronto”.
Ya se acerca el alba. Creo que empezaré primero por las ventanas, después las puertas, los muebles, los "colgandejos", y tu gato, dejaré entrar otra vez a tu gato... Como siempre, aunque cada noche sea el final.

jueves, enero 12, 2006

Palabrería

Las palabras me poseen, desde la infancia, están dentro de mí, pero por fuera, siempre fuera de las que yo creo propias, creo sin crear porque creo sin creer, y las palabras me poseen, porque no soy yo, ni tampoco ellas, somos algo más, y no lo sé, porque no son mis palabras las que cruzan la frontera, sino ellas, ellas y yo, en algo más, algo que no creé, pero que cree en mí.

Segunda parte: Él

Alto,
más alto que cualquiera,
pero no tanto,
no tan alto como babel,
pero sí más claro,
al menos para mí,
al menos para él.
Él, que nació antes del diluvio
y navegó en aguas tranquilas
lejos de ti
y de tus hojas pintadas,
murió sin haber amado,
sin haber hablado,
sin haber mentido.
Él, tan mudo como yo,
resucitó en mi memoria
de letras negras y buenas intenciones,
para que seas tan alta
como él,
pero no tanto.

Otro

Tuve un amor que no fue mío,
Fue de otro, de aquel que no me habita.

Besos,
Caricias,
Palabras,
Sólo falacias,
de un cuerpo que es de otro.

Te tuve sin tenerte
Porque tuve un amor que no fue mío,
Y fue hermoso,
Y fue divino,
Pero fue de otro,
De lo que soy,
De lo que fui,
Antes de las ocho.

Azar 14

Yo no vine a pedir perdón
Tampoco a mendigar cariño

Sólo vine a recoger mis hojas caídas

Yo no siento
No pienso y no amo
Yo no escribo
No sueño y no vivo

Es la hora de huir,
pero no la mía.

La muerte también se ha despedido.

Me gusta ver llover

Me siento frente a la ventana
con la intención de no pensarte
de ver llover, simplemente,
mientras descansan mis manos.

Te dibujo con la yema de mis dedos
Te acaricio en la piel del cristal
Y sigue lloviendo

Estoy frente a la ventana
con la intención de no pensarte,
pero olvido que la lluvia
siempre emana de tus ojos.

domingo, enero 08, 2006

La despedida

Será, será, no, no porque de ser así, de ser así, todo sería distinto, distinto pero no mejor, quizás, todo sería igual, por lo menos igual, igual al principio, no lo entiendo, no quiero entenderlo, no entiendo por qué tiene que haber un final, una despedida, adiós y ya no más, adiós y sus manos agitándose, cada vez más lejos de mí, de mi rostro, de mis lágrimas, no lo entiendo, por qué tiene que haber un final, si todo estaba tan bien, tan cómodo, tan feliz, será éste el adiós, no, quizás, sólo sea el principio de su ausencia, ausencia eterna, ojalá tan eterna como la dicha, pero tan corta, tan corta como su sonrisa.

sábado, enero 07, 2006

Noche insensata 2

Yo sé que te miro a través de otros ojos y que por las noches te asusto con mis manos frías y anhelantes que dibujan tu cuerpo sobre la ventana empañada por la lluvia para recordarme la soledad de la única mujer que quiso esperarme con un libro bajo el brazo como si su corazón fuera un diario de páginas y lágrimas en blanco.

Mi baúl

Te voy a llevar a ese rincón, allí, donde sólo hay polvo y humedad, pero no olvido, para guardar en ti los poemas que nunca voy a escribir pero que se irán acumulando, uno sobre el otro, hasta que tenga que regresar por ti y dejarte debajo de mi escritorio, allí, donde suelo apoyar mis pies antes de salir de viaje.
Y entonces guardarás los días, los meses y los años de todas mis ausencias y dejarás que el tiempo fluya a través de tus paredes de madera y barro para que él escriba también sobre los poemas que nunca escribí, porque nunca tuve a quién dedicárselos.

jueves, enero 05, 2006

No ser "normal"

Otro día más.
Un día normal en una ciudad normal bajo una lluvia normal.
La normalidad nos cae a chorros del cielo y se pega en las ventanas y en las puertas.
La normalidad corroe tu lápida y marchita tus flores.
De hecho, tu boca es bastante normal, tus labios, tus dientes, tu aliento, tu alma.
Nos consumió la normalidad.
Quemó nuestras alas.
Y, cabe anotarlo, también unió nuestros caminos.

Vigilia

Respóndeme sólo una cosa antes de irte: ¿Me dejarás dormir? No sólo esta noche, sino todas las que siguen hasta que llegue al puerto. Por favor, prométeme que ahora sí te vas a ir, que ya no vas a regresar, que me dejarás dormir tranquilo. Ya no cabes en mi almohada, mujer, ya no, no hay espacio para ti. Quiero despertar de la vigilia de tus besos ausentes.

Bueno, a decir verdad, sólo por esta noche.

Azar 13

Seguimos caminando juntos, a pesar de todo. Soy parte de tu sombra y tú eres parte de la mía. ¿Lo ves? No es tan difícil que seamos uno, siendo dos.