lunes, abril 24, 2006

Para que nos entendamos

En el amor todos somos niños y si no lo somos, simplemente, no vale la pena. Estoy cansado de estar siempre solo, de ser siempre el muchacho raro, el soñador, el hombre sensible y vulnerable que siempre mira la felicidad de los demás y nunca encuentra la suya. Estoy cansado de ser cómo soy. Nada he logrado con eso. Nada.
Al final del día, me siento tan solo como al principio. Ya no voy a buscar el amor. Aunque me duela, arrancaré cualquier esperanza que haya en mí. Todo siempre es tan falso.
Sí, soy un niño, porque todavía quiero soñar en un mundo que ya no lo permite. Me abruman las barreras. Nunca he llamado la atención de nadie y cuando lo hago, es tan trivial "eso" que sienten por mí, que no es suficiente para sacudir mi alma. Ya no puedo más. Me duele la piel. Soy un "bicho raro" y aún no logro entender por qué. Toda la vida la he visto pasar desde mi ventana. He estado encerrado en mí mismo demasiado tiempo, siempre escuchando a los demás, intentando que ellos puedan sonreír de la forma en que yo nunca he podido. Soy el peor egoísta, porque en el fondo, siempre espero que alguien me dé las gracias por todo lo que hecho por él, por haber estado ahí cuando lo necesitaba. No hago las cosas por interés, pero no te niego que de vez en cuando me gustaría escuchar una voz de apoyo. "Hola, ¿cómo estás? Existes, para mí existes, y eres muy importante". ¿Será que estoy pintado en la pared? ¿Será que mi destino es siempre estar solo? ¿Será que alguien puede ver más allá de mi apariencia de niño, de hombre callado y ausente y descubrir en realidad la persona que soy?
No lo sé, ya no guardo ninguna esperanza. El invierno arrecia y yo me siento cada vez más aislado de todo, cada vez más encerrado. Me gustaría llorar, pero no puedo. Si tan sólo pudiera salir corriendo y olvidar... Sonreír... Ser feliz en un mundo en el que no tengan valor ni las apariencias ni el dinero ni el silencio ni mi alma de niño. Pero eso es sólo una utopía. Un sueño estéril. Yo... no pertenezco a este mundo, no quiero pertenecer a él, no quiero sentir más dolor. Gracias por escucharme. No te alcanzas a imaginar lo mucho que significa para mí que alguien allá afuera tenga tiempo para leerme... Aunque mañana, tu memoria seguramente haya desdibujado mi rostro, una vez más.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay que atreverse, la vida es porbar una y otra vez, aunque nos den de palos...

Anónimo dijo...

Hola Juan.....bueno...no pienses que no existes para nadie, el hecho de que no te lo recuerden no significa que no le importes a la gente, y no...no voy a olvidar esto, ahora se algo de tu dolor..y arriesgate, no te de miedo, recuerda que la vida es una escuela y de ella ahi que aprender a punta de golpes...y volvers a levantarse y jamas rendirse, se pierde muchas veces, se gana tambien, pero recuerda que eres unico y especial, y que siempre habra alguien esperandote al amanecer...y no te pongas triste, "la vida es como te la tomas"....Te deseo mucha felicidad y sonrie por el simple hecho de agradecer a la vida, darte una oportunidad todos los dias.
Lina Paola

Juan P. Sánchez dijo...

Noemí: tienes razón, siempre hay que mantenerse en pie, buscando nuevos horizontes y jamás darse por vencido.
Lina: simplemente, gracias.

EDITOR GENERAL (THL) dijo...

Excelente historia. Me gustó mucho lo de la "musa del museo". En realidad, en términos metafóricos, cuando un amor es "no correspondido" termina ahí, tarde que temprano. Esa es la naturaleza humana. Pero algunas mujeres quieren un pedestal permanente, que nunca pase al olvido, aunque no hagan nada por ser recordadas como "seres vivos".

marches! dijo...

ei amigo, animate.. todos damos bajones, incluso llegamos a darnos topes con el piso. siempre hay alguien o siempre hay algo que nos impulsa a seguir adelante. escribes muy bien y para mi es un placer pasear y leerte :D

Malva Marina dijo...

Entre a tu blog porque es raro encontrar alguien que le guste la pelicula los ninos invisibles. Es una de mis favoritas tambien.

Tu Blog es hermoso, escribes muy bien. Te felicito, suerte.
Saludos, Malva Marina