Cartas...
Lo primero que te escriba debe ser tan ligero, tan liviano, que no puedas recordarlo fácilmente.
Lo segundo, debe herirte, debe hacerte daño, debe hacer que sangres para que yo pueda alimentarme de tu dolor.
Si te escribo por tercera vez, mi mensaje debe tener algo, pequeño, grande, no lo sé; algo que te vuelva adicta, adicta a mí, adicta a las cosas que te escribo.
Sobra decir que si triunfo en mi tercer intento, habrá un cuarto, un quinto, un sexto…
Hojas que se irán acumulando en tu habitación, apiladas sobre tu escritorio, en tu mesa de noche, en cajas bajo tu cama…
Hojas por todas partes, material inflamable para que ardas en él cuando te incendie la chispa de mi ausencia.
Sé que una lágrima será la firma de lo último que te escriba, cuando el tiempo muerto me recuerde que pudiste ser mía.
Lo segundo, debe herirte, debe hacerte daño, debe hacer que sangres para que yo pueda alimentarme de tu dolor.
Si te escribo por tercera vez, mi mensaje debe tener algo, pequeño, grande, no lo sé; algo que te vuelva adicta, adicta a mí, adicta a las cosas que te escribo.
Sobra decir que si triunfo en mi tercer intento, habrá un cuarto, un quinto, un sexto…
Hojas que se irán acumulando en tu habitación, apiladas sobre tu escritorio, en tu mesa de noche, en cajas bajo tu cama…
Hojas por todas partes, material inflamable para que ardas en él cuando te incendie la chispa de mi ausencia.
Sé que una lágrima será la firma de lo último que te escriba, cuando el tiempo muerto me recuerde que pudiste ser mía.
2 comentarios:
Así que has regresado...
En que pensabas cuando escribias eso? verdaderamente las palabras y los escritos se los lleva en viento... pero si se vuelven prisioneras de este...
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