Vos y yo...
Como un tonto salí corriendo, de ti, de todos. Me asusté y huí a lo más profundo de la playa. Me oculté. Me escondí debajo de las olas. Hallé refugio entre sus pliegues e hice de mi voz, la voz del viento.
Me duele pensar que una lágrima adulta quema tus mejillas de niña. Perdóname. A menudo suelo hacer preguntas absurdas, preguntas por fuera del tiempo que nada tienen que ver conmigo.
Te tengo sin tenerte, así como ahora creo tener al cielo que se refleja sobre mí. Estoy en ti y hago parte del viento mientras vos y yo tejemos juntos en el zaguán.
Tal vez quieras encontrarme ahora, recostado sobre las olas, durmiendo plácidamente tus sueños de atardeceres en la costa, sólos los dos, vos y yo, dos niños que sólo saben de amores y sal en los labios.