Cierra los ojos
Ojalá pudiéramos encontrar el punto exacto donde termina la noche.
Me gustaría estar ahí.
Ver el cielo partido en dos mitades.
La mitad con luna y la mitad con sol.
En los textos escolares nos han dicho que es imposible que eso suceda.
A menos que sea un eclipse o uno de esos raros fenómenos que se inventan los hombres que no sueñan, nunca veremos juntos a la luna y al sol.
Tal vez podríamos lograrlo si cierras los ojos con delicadeza, como si quisieras borrar al mundo apagando la luz, o mejor, como si lo pudieras crear dentro de ti, al interior de tus párpados, igual que cuando eras una niña y creías que la luna nacía en el río.
Por eso, ven, cierra los ojos, intenta mantenerlos cerrados hasta que lleguemos a ese punto en el que dejamos de ser dos mitades, ese punto en el que jugamos a serlo, en el que termina la noche y se nos cuela el amanecer con los sonidos de la ciudad, interrumpiendo al amor y devolviéndonos a esa vida en la que sólo somos dos extraños que anhelan regresar siempre a la caliente oscuridad.
2 comentarios:
Yo he visto a la luna y al sol jugar juntos... y a veces suelo encontrar la linea purpura entre la noche y el dia (si, porque es purpura, muchos dicen que es azul pero difiero...) pero las dos cosas no suceden a la vez...
Pues si te soy sincero, a mí me gustaría ver al menos esa línea purpura, que yo también creía que era azul, pero supongo que no he estado muy atento de esas señales últimamente...
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