Azar 8
Antes de comenzar me gustaría mucho recordar tu cuerpo caliente si es que lo estaba bajo mis pies. Estoy loco aburrido feliz en tu ventana balcón puerta desgarrada que se niega a cerrarse frente a mis ojos y mi mente siempre anhelantes. Vago perdido pero no solo en el mar de orquídeas que hice para ti aquella noche cruel en que tus piernas se callaron para siempre. Extraño tus ataques de curiosidad melancolía que me hacían sentir como las aves que migran a cielos y selvas vírgenes cálidas y frías. Sé que esto que lees no tiene sentido. Perdóname, lo que pasa, querida mujer, es que esta noche te amo sin esperanza.
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