Nuevamente, azar...
Si se enciende tu vida cada anochecer entre el humo de los cigarrillos y los libros entreabiertos, o naces siempre al mediodía al lavar los platos y recoger la mesa, seguramente es porque tú ya estás al otro lado de mí, de la voz mía que crece en ti y que pronto te dirá mamá, como si fuera esa la única forma de ahuyentar la muerte, el vacío enorme de no saber nada y saberlo todo.
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