Sólo quiero saber de ti...
Son tristes tus buenas intenciones, porque aunque salga el sol y la noche se marchite en las ventanas, ya no estás.
Estoy comenzando a creer que aún no hemos crecido lo suficiente, que seguimos confundiendo el dolor con la nostalgia y que, por eso, sólo por eso, estamos lejos, vos y yo.
No se habla de distancia en frente del amor, quizás sólo de ausencia, como si todavía fuera posible albergar esperanza alguna.
Saliste de mi vida como una luna que se hunde en el agua, una luz que se desprende de mí para pegarse de la solapa de otro, una vez, dos veces, hasta quemarme entero en las únicas horas ciertas, en la vigilia y en la espera.
El viento se hace eterno entre mis dedos, hasta que de mi voz brota un silencio amargo que tal vez escuches, diciéndote, con leve esfuerzo: "hoy, sólo quiero saber de ti".
Estoy comenzando a creer que aún no hemos crecido lo suficiente, que seguimos confundiendo el dolor con la nostalgia y que, por eso, sólo por eso, estamos lejos, vos y yo.
No se habla de distancia en frente del amor, quizás sólo de ausencia, como si todavía fuera posible albergar esperanza alguna.
Saliste de mi vida como una luna que se hunde en el agua, una luz que se desprende de mí para pegarse de la solapa de otro, una vez, dos veces, hasta quemarme entero en las únicas horas ciertas, en la vigilia y en la espera.
El viento se hace eterno entre mis dedos, hasta que de mi voz brota un silencio amargo que tal vez escuches, diciéndote, con leve esfuerzo: "hoy, sólo quiero saber de ti".
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