La muerte nos vio crecer...
Lo peor que hizo Juan ese día fue haber dejado de intentar. Nunca olvidaré la conmoción de Alejandra al encontrar la carta de Juan en el dintel de la puerta. Cómo y cuándo la puso ahí, jamás lo supimos. No hizo falta saberlo. También doña Martha había muerto esa noche. La encontramos desnuda en el balcón, con la pestañina ya seca sobre las huellas de sus lágrimas. "A dónde me llevará esta lluvia, a dónde, si él ya no está"... Sus últimas palabras, las últimas que escucharon sus hijos, quedaron como recuerdo del amor que espera. Es tan fácil quedarse solo en estos tiempos. Si cruzas la calle o el viento cierra por azar la ventana, tal vez te quedes otra vez sola, o como dices tú, en compañía de tus ángeles sin alas.
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