No ser "normal"
Otro día más.
Un día normal en una ciudad normal bajo una lluvia normal.
La normalidad nos cae a chorros del cielo y se pega en las ventanas y en las puertas.
La normalidad corroe tu lápida y marchita tus flores.
De hecho, tu boca es bastante normal, tus labios, tus dientes, tu aliento, tu alma.
Nos consumió la normalidad.
Quemó nuestras alas.
Y, cabe anotarlo, también unió nuestros caminos.
Un día normal en una ciudad normal bajo una lluvia normal.
La normalidad nos cae a chorros del cielo y se pega en las ventanas y en las puertas.
La normalidad corroe tu lápida y marchita tus flores.
De hecho, tu boca es bastante normal, tus labios, tus dientes, tu aliento, tu alma.
Nos consumió la normalidad.
Quemó nuestras alas.
Y, cabe anotarlo, también unió nuestros caminos.
2 comentarios:
Definitivamente, la normalidad mata, es necesario ser inconoclastas
OIGA, SEÑOR, SÍ QUÉ TRISTE. PERO LA LLUVIA TRANSMUTA, ES COMO UNA ATANOR ALQUÍMICO. NOS HACE DIFERENTES, NOS HACE ESTAR MÁS CERCA DE ALGO. MUY BUENA SU PROTESTA CONTRA EL MUNDO. YO, A VECES, QUISIERA SER UN POCO MÁS NORMAL, ESO SÍ.
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