Fin de año
Este año, aprendí a amar el silencio,
también a sentir la música en mi piel.
Descubrí sonrisas inesperadas,
y también la poesía que esconden las hojas que caen.
Este año, desterré la soledad,
hospedé esperanzas rotas,
y varios amores
que llenaron de primavera mis árboles marchitos.
Este año,
aprendí que no soy un ángel,
ni tampoco un escritor,
muchos menos un periodista,
sólo soy un niño soñador.
Sé que esto que escribo no es poético,
no tiene ritmo ni vida propia,
sé que no es elegante,
ni mucho menos correcto en términos "formales",
pero es mi despedida para un año que me dejó
una sonrisa a la medianoche.
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