miércoles, agosto 30, 2006

Las estrellas y yo

Mira. Son ellas. Están ahí desde antes de que tú y yo naciéramos.
Míralas, porque ellas nos miran. Nos miran desde atrás. Atrás. Antes.
No te asustes si te digo que están muertas, que ya no existen, que desaparecieron.
Ellas siguen estando ahí, en el alto cielo.
Ecos de su ser llegan hasta nuestros ojos, así como yo llego a ti, a pesar de la distancia.
No estoy a tu lado, no puedo probar tus labios ni perderme en tu piel, sin embargo, como ellas, te regalo mi luz, ésta y todas tus noches.
Las estrellas y yo seguiremos resplandeciendo en tu ventana, ellas muertas, yo lejos, pero siempre llenando tu alma de amor y fantasía.
Si sueñas, ellas y yo borraremos las nubes para que siempre puedas vernos.

Así es la magia...

Sobra decir que de ahora en adelante, todo lo escrito por este pequeño escritor, va para ti.
He visto y he soñado muchas veces, pero sólo en tus ojos, he visto el amor que siempre busqué.
Así es la magia, Lina.

sábado, agosto 26, 2006

El tiempo...

Desperté...
Abrí los ojos y el tiempo había girado sobre sí mismo.
Ya no roncaba frente a mí, sino que me estaba dando la espalda.
No sé por qué compartimos la misma habitación, pero aquí estamos, el tiempo y yo, cruzando sueños en el cielo raso.
Él, como yo, tiene un amor de larga espera.

Sí, desperté...
Abrí los ojos y el tiempo me sonrío con esperanza.

Ahora que mi vida vuelve a comenzar,
sé que él me guiará hasta Ella,
de nuevo.

Él y yo en la misma habitación, anclados a la tierra, pero con las alas bien abiertas.

Si me da la espalda, otra vez, sabré que me regala la eternidad de un beso.
Si me sonríe, sabré que Ella está ahí, esperando bajo la lluvia.

Para Lina...