Baila para mí 4
–Pórtate bien. En la nevera queda jugo. Si quieres algo, puedes tomar dinero de la cartera. No olvides sacar la llave si vas a salir. Yo te voy a estar llamando para saber cómo estás. Te quiero.
–No te preocupes mamá, estaré bien.
–Eso espero caballerito. Últimamente, te has vuelto tan independiente. Ya eres todo un hombrecito.
–No digas eso mamá. Yo quiero quedarme así…
–No te preocupes mamá, estaré bien.
–Eso espero caballerito. Últimamente, te has vuelto tan independiente. Ya eres todo un hombrecito.
–No digas eso mamá. Yo quiero quedarme así…
***
Mi abuela me lo dijo antes de irse. Los hombres ya no sueñan. Soñar los avergüenza. Pero a mí no. Yo todavía sé cómo volar, cómo navegar en las nubes y caminar en una luna de queso. Tengo el poder de controlar el viento a voluntad, e incluso, si quiero, puedo ser invisible, invisible para todos, menos para mi mamá. Por eso, ahora que ella no está, voy a ir a su cuarto, encenderé la luz de la lámpara e iré corriendo al otro lado, allí donde "ella" me debe estar esperando.
1 comentario:
Mi amigo. Qué milagro estas líneas. Ahora sé que mi idea fue genial, abajo la falsa modestia y arriba vos y tus palabras. La simpleza es, a mí juicio, lo que abre el camino. Y ya la tenés.
Andrés.
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