Sé
Sé que te gustan los guayacanes y las orquídeas y que a menudo sueñas que las farolas son en realidad umbrales, puertas de entrada a ciudades donde las lágrimas sólo les pertenecen a las plañideras.
Sé que te gustan los balcones y escuchar el sonido del viento cuando pasa entre las ramas de los árboles. Como yo, hay días en los que te sientes ajena a este mundo, pero eso no evita que estés siempre sonriendo, aunque a veces tu sonrisa también sea triste.
Sé que te gusta andar descalza y que prefieres el café sin azúcar, que te da miedo escuchar tu voz en una grabación y que, en general, te asusta cualquier cosa tuya que pueda sobrevivir después de ti.
Sé que te gusta transcribir mis cartas en tu diario para poder subrayar las frases que repito, que todos los días me visitas aunque yo esté ausente y que eres tú la que desordena los recuerdos que guardo en el nochero.
Sé tanto y tan poco de ti, de tu cuerpo, de tus sueños, de las cosas que callas cuando estamos juntos, de las que dejas escritas en tus labios para que se me queden grabadas en la piel.
Sé a qué sabe la soledad de tus sábanas, pero por más que lo intente, no sé si aún eres mía...
Sé que te gustan los balcones y escuchar el sonido del viento cuando pasa entre las ramas de los árboles. Como yo, hay días en los que te sientes ajena a este mundo, pero eso no evita que estés siempre sonriendo, aunque a veces tu sonrisa también sea triste.
Sé que te gusta andar descalza y que prefieres el café sin azúcar, que te da miedo escuchar tu voz en una grabación y que, en general, te asusta cualquier cosa tuya que pueda sobrevivir después de ti.
Sé que te gusta transcribir mis cartas en tu diario para poder subrayar las frases que repito, que todos los días me visitas aunque yo esté ausente y que eres tú la que desordena los recuerdos que guardo en el nochero.
Sé tanto y tan poco de ti, de tu cuerpo, de tus sueños, de las cosas que callas cuando estamos juntos, de las que dejas escritas en tus labios para que se me queden grabadas en la piel.
Sé a qué sabe la soledad de tus sábanas, pero por más que lo intente, no sé si aún eres mía...
1 comentario:
Sé que dormiré esta noche sobre una cobija tibia de color naranja. También sé, querido, que siempre serás de nosotros; aún a expensas de tu voluntad. Mi admiración y amor.
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