Baila para mí 2
Lastimosamente, mi mamá ya se dio cuenta de mis actividades nocturnas. Hace poco me descubrió inclinado sobre la alfombra, espiando frente a la habitación vacía. Para ella está vacía y así debe quedarse. Mejor así. No quiero que sepa que "ella" está adentro y que baila para mí cuando la luz está encendida, al otro lado de la ventana.
–¿Por qué te gusta tanto mirar esa puerta?
–No es la puerta mamá, no es eso.
–¿Quieres entrar? La pieza está vacía. Cuando tu abuela se fue, decidimos cerrarla. Esta casa es tan grande. No se nos ocurrió qué poner ahí y, por eso, mejor la dejamos sin uso.
–Lo sé mamá, ya me lo has dicho.
–No quiero que vuelvas a hacerlo. No está bien que lo hagas. Mirar a hurtadillas el cuarto vacío, no tiene sentido.
–Sí mamá, como digas.
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