sábado, mayo 14, 2005

Valentía

Solo, frente al balcón, Juan toma impulso.
Abre sus alas, cierra los ojos.
Cinco pisos son suficientes para asegurar un final.
Solo, frente al balcón, Juan sigue llorando.
Quizás algún día tenga el valor de saltar al vacío.
Quizás Juan deje de ser un cobarde.

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