Sacrificio
Dime cuánto valen tus besos, porque un valor deben tener.
Quizás el recuerdo de una tarde de lluvia,
o el calor de un hombre que se quema en su locura.
Dime, dime cuánto valen tus labios,
qué precio tiene tu aliento.
Dime, dime qué quieres.
Acaso palabras,
aves que se quemen en el atardecer de tus caderas.
Qué quieres, por favor, dímelo,
o es que acaso quieres mi alma
que se escapa entre estertores.
¿Eso quieres?
Robarme la eternidad en el licor que se desprende de tu boca.
¿Qué más da?
Amas y mueres,
mueres al mundo.
1 comentario:
hola willy...esta super de pelos ese escrito..esta fenomenal...ojala Dios te de mucha vida para q sigas asi...dandole tantas cosas buenas al mundo..un besote..Paola
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