Diana y la ventana 2
De hecho, las huellas que ves sobre la arena no son mías, porque si te fijas bien, yo ni siquiera tengo cuerpo, soy sólo un fantasma que vive en tu mente.
¿Qué dices? ¿Me amabas? Lo siento mujer, pero al amarme a mí, en realidad, estabas amándote a ti misma.
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