Llévame lejos
Llévame lejos, lejos de esta ciudad y de las voces que se ocultan detrás de los cristales.
Ven, ven conmigo otra vez y vayamos juntos a conocer el sol. A pie o en tren, no importa, sólo quiero tenerte a mi lado, paso a paso, hasta que alcancemos el cielo; no la bóveda celeste desde donde nos consuelan las estrellas, sino el pequeño jardín donde nuestro amor se encendió por vez primera.
Por favor, no tengas miedo. Por ti haré que de las heridas broten mariposas amarillas y rojas que hagan llegar más tarde el crepúsculo y el alba. Cambiaré las horas de dolor que guarda tu rostro por la sonrisa de tus labios puestos sobre los míos. Si tú quieres, puedo hacerte soñar, a cualquier hora, en cualquier parte; soñar que estoy contigo siempre, no como tu sombra ni tu ángel guardián, sino como una parte más de ti, de tu ser, de tu alma en la que aún late la magia.
Llévame lejos, lejos de todos los sueños rotos que aún yacen dispersos en la calle y yo te prometo, dando mi vida como garantía, que el "amor" será más que una simple palabra puesta en tu boca y en tu cuerpo, en una y mil noches de frío y soledad.
Ven, ven conmigo otra vez y vayamos juntos a conocer el sol. A pie o en tren, no importa, sólo quiero tenerte a mi lado, paso a paso, hasta que alcancemos el cielo; no la bóveda celeste desde donde nos consuelan las estrellas, sino el pequeño jardín donde nuestro amor se encendió por vez primera.
Por favor, no tengas miedo. Por ti haré que de las heridas broten mariposas amarillas y rojas que hagan llegar más tarde el crepúsculo y el alba. Cambiaré las horas de dolor que guarda tu rostro por la sonrisa de tus labios puestos sobre los míos. Si tú quieres, puedo hacerte soñar, a cualquier hora, en cualquier parte; soñar que estoy contigo siempre, no como tu sombra ni tu ángel guardián, sino como una parte más de ti, de tu ser, de tu alma en la que aún late la magia.
Llévame lejos, lejos de todos los sueños rotos que aún yacen dispersos en la calle y yo te prometo, dando mi vida como garantía, que el "amor" será más que una simple palabra puesta en tu boca y en tu cuerpo, en una y mil noches de frío y soledad.
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